La tecnología trabaja para nosotros… ¿verdad?

Hace días, conducía de regreso de una ciudad cercana después de un corto viaje de trabajo, cuando escuché la alerta del celular que indicaba que había recibido un nuevo correo electrónico (push email). Me puse el Handsfree, activé el Voice Command y dije fuerte y claro: "Revisar correo electrónico". El Text to Speech  empezó a leerme la fecha, hora y otros detalles del correo recibido y mientras lo escuchaba me puse a pensar en lo increíble que es la tecnología que tenemos actualmente. Unos diez o veinte años atrás esto era pura fantasía de película barata, y ahora es una realidad. Entonces escuché el contenido del correo electrónico y me lleve una tremenda sorpresa:

¡El correo electrónico me lo mandó la impresora láser de la oficina! Era para avisarme que debo de reemplazar el cartucho de tóner del color magenta porque está a punto de agotarse.

En ese momento me di cuenta de la realidad: La tecnología no trabaja para nosotros, nosotros trabajamos para la tecnología.

Recuerdo haber leído que muchas personas que tienen un gato de mascota consideran que en realidad no son dueños del gato, sino que el gato los elige a ellos para que se encarguen de alimentarlo y cuidarlo. Ellos ya se dieron cuenta, pero nosotros los tecnófilos gadgeteros a lo mejor no lo tenemos claro.

Hay que pensar los minutos que pasamos instalando, evaluando, desinstalando y volviendo a instalar aplicaciones en nuestros celulares. Los minutos que dedicamos a seguir los twitts y feeds de blogs que hablan sobre novedades tecnológicas. Los minutos que dedicamos en las conversaciones a compartir las novedades o a defender la plataforma tecnológica que elegimos. Si lleváramos control de esos minutos, seguramente nos sorprendería la cantidad de horas o tal vez días que cada semana le dedicamos a "mantenernos al día con la tecnología".

Y si hablamos de redes sociales, el panorama empeora: ¿Cuántas veces al día revisamos la cuenta de Twitter? Del total de mensajes que leemos cada día ¿cuántos realmente nos sirven directamente para mejorar y cuántos sólo son para "mantenernos al día con la tecnología"?, o simplemente sólo son de diversión.

Pero claro, no todo es pérdida de tiempo. Seguramente traer la última versión de la aplicación Vuvuzela en tu teléfono no te hace mejor profesionista, pero hay aplicaciones como Evernote que en realidad te ayudan a organizarte. En las redes sociales puedes dedicarle horas a cuidar tu granja virtual, o puedes interactuar con personas de tu área profesional que te ayuden a desarrollarte. Por ejemplo, los Contadores Públicos utilizan el hashtag #cptwitter para distribuir información contable y fiscal con impresionante oportunidad y precisión. También hay ocasiones que un correo electrónico recibido a tiempo en tu celular te ahorra vueltas innecesarias o te permite reaccionar ante un cambio de circunstancias.

Al final, todo se reduce a cómo usa cada persona la tecnología. Cada quién tomará en su momento las decisiones de qué es lo que tiene que hacer. Sólo propongo dos recomendaciones:

· Cuando tengas el celular en la mano o estés trabajando en la computadora, pregúntate: "¿Estoy haciendo algo productivo o estoy acicalando al gato?"

· Cuando conduces en carretera, la única tecnología que necesitas  aparte del automóvil, es un tarro térmico lleno de café. (El tarro térmico se inventó en el siglo XIX y el café se consume desde el siglo XIII, así que no necesitamos "mantenernos al día con la tecnología" para esto.)

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